Texturas de Bacon a Deleuze

Por Ani Bustamante

Cada cosa tiene su geografía, su cartografía, su diagrama.
Lo interesante de una persona son las líneas que la componen,
o las líneas que ella compone, que toma prestadas o que crea.
(Deleuze)

La potencia de la muestra de Bacon llevó los hilos de mi sistema nervioso por fuera de las paredes del museo del Prado. La serie de ideas que conviven conmigo, desde hace varios años, encontraron intersecciones en algunas de las texturas que componen los cuadros.
Uno de los pensadores que ha trabajado con mayor originalidad la obra de Bacon es Gilles Deleuze, el pintor sirve al filósofo para mostrar orgánicamente su devenir-animal, su cuerpo sin órganos (o, leyendo al revés, órganos sin cuerpo, como propone Zizek) sus líneas de fuga e intensidades desterritorializadas.
Quizá el sujeto deleuziano encuentre una (re)presentación en la obra de Bacon. Quizá.

Recorto el asunto del sujeto, la pintura y el concepto, a partir de dos paradigmas fundamentales: el de estructura y el de textura. Así, si en la segunda mitad del siglo XX el estructuralismo -y su sistema de oposiciones- resultó una revolución en la manera de pensar al sujeto como un lugar y a lo social como sostenido por una red significante previa; en el siglo XXI, ante el desencanto y el consumo salvaje ¿qué es lo que puede reemplazar a la idea de estructura? Sigo la propuesta deleuziana para pensar el advenimiento de las ‘texturas’.

El movimiento de la estructura a la textura incorpora la dimensión del cuerpo -que en el estructuralismo no es tomado en cuenta- Este es un giro importantísimo que coloca a Deleuze como un filósofo fronterizo, que lleva las palabras hasta el umbral del cuerpo, en donde ya no se trata de ver qué pasa con la significación, pues la operación es sobre la pura materialidad de la letra, sobre las modulaciones de las fuerzas pulsionales que no reaccionan al sentido, sino a -para decirlo poéticamente- la sinfonía, al ritmo y el tono de la palabra.

Pensar en texturas tiene consecuencias en la manera de abordar lo inconsciente, este para Deleuze es algo por producir, por diseñar a través de líneas que fugan de cualquier sistema cerrado basado en cadenas de significación; el modelo a trabajar, entonces, tiene que ser básicamente no-representacional. No hay que interpretarlo, hay que dibujarlo. Si lo incosnciente se produce, lo hace desmontando las categorías edípicas clásicas.

Deleuze nos va trayendo ‘planos de superficie’ en donde se desplazan los flujos de deseo hacia el infinito, nos propone un ‘pliegue barroco’ en el cual se constituirá la intimidad como pliegue del afuera, conservando la idea de superficie. La textura reemplaza a la estructura, dándo a la relación entre los acontecimientos un signo claro de cuerpo y de sensibilidad. Para pensar con Deleuze hay que poder abandonarse a los sentidos -y tolerar el vértigo-, posición que también asumimos frente a la inquietante presencia de los cuadros de Bacon.

Es para seguir pensando-escribiendo el paradigma puesto en juego con las texturas, es para seguir explorando las consecuencias que tiene sobre la sexualidad, el cuerpo y el deseo en estos tiempos. Deleuze explica con notable fuerza y belleza que:

«La superficie, la cortina, la alfombra, el manto, ahí es donde el cínico y el estoico se instalan y con lo que se envuelven. El doble sentido de la superficie, la continuidad del derecho y el revés, sustituyen a la altura y la profundidad. Nada tras la cortina, sino mezclas innombrables. Nada sobre la alfombra, sino el cielo vacío. El sentido aparece y se juega en la superficie, por lo menos si se sabe batirla convenientemente, de modo que forme letras de polvo, o como un vapor sobre el cristal sobre el que el dedo pueda escribir. La filosofía a bastonazos de cínicos y estoicos sustituye a la filosofía a golpe de martillo. El filósofo ya no es el ser de las cavernas, ni el alma o el pájaro de Platón, sino el animal plano de las superficies, la garrapata, el piojo. El símbolo filosófico ya no es el ala de Platón ni la sandalia de plomo de Empédocles, sino el manto doble de Antístenes y de Diógenes. El bastón y el manto, como Hércules con su maza y su piel de león. ¿Cómo denominar a la nueva operación filosófica en tanto que se opone, a la vez, a la conversión platónica y a la subversión presocrática? Quizá la palabra perversión, que, cuanto menos, conviene al sistema de provocaciones de este nuevo tipo de filósofos, si es cierto que la perversión implica un extraño de las superficies».

Comments

  1. Hey! Verso. Bacon camina como si nada sobre abismos. Y lo hace sin tambalear, sin vértigos ni mariposas dentro del vientre. Qué nervios da siempre. Ese azul que nunca había visto me es un dedo en la garganta para devolver arqueoculpas católicas y escolares, pornofoto blancoynegra relatada con la gracia pastel de Degas. Terrible belleza, aniga.pochi

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  2. Querido Pochi, que maravilla verte por aquiiiii, estoy dando saltos sobre la cuerda floja, haciendo equilibrio con las palabras. Necesitaba tus ocurrencias, tu musika y esos cuadros que todavía no veo (en Julio no te libras de mi).Terrible belleza, si… pero, como dice Rilke: la belleza no es nadasino el principio de lo terrible, lo que somos apenas capacesde soportar, lo que sólo admiramos porque serenamente desdeña destrozarnos.Un abrazo fuerteeeeeeeeee

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  3. Me ha gustado mucho tu reseña, Ani. Ese llevar las palabras de Deleuze «hasta el umbral del cuerpo» y ¿qué hay tras ese umbral?…Respecto a lo que me comentabas, entiendo que tú ya defendiste tu tesis (curiosamente también las dos elegimos la lengua portuguesa). Entonces, ¿qué sería en tu caso lo que te causa inquietud?Para mí es un terreno desasogante porque debería haberla escrito hace veinte años y lo estoy haciendo ahora. Por otra parte, he pensado también en cerrar el blog porque no sé muy bien cómo desplegarlo, como muy bien señalas. Había pensado primero en una bitácora sobre el avance y desarrollo de la tesis, pero entonces debería poner cosas que, de momento, no habrían de ser de dominio público. En fin, ahí está, al baño María, mientras me decido.Estaré unos días de vacaciones. Hasta la vuelta, un gran abrazo.(Por cierto, no sé por qué, en mi escritorio no se me actuliza ninguno de tus blogs y es con los únicos que me pasa. Voy a probar borrándome y apuntándome de nuevo).

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  4. Hola Bel, tras el umbral… mmm.. quizá un pliegue? quizá otro umbral? quizá una ilusión? lo real?Si, es curioso lo del portugues, a mi me acompaña desde hace mucho, sosegándome (aunque Pessoa se encargue de hacer lo contrario). Todavía no he defendido mi tesis, lo haré a fin de mes…No cierres el blog de C.Lispector. Por qué no escribes algo en paralelo? no ‘lo mismo’ de la tesis, sino una suerte de pie de página, de deriva… permítete volar todo lo que no puedes en la academia.No sé que pasa con los enlaces a mis blogs, no se actualizan, estan como atascados!!! no sé qué puedo hacer. La vez pasada el problema se arregló después de unos días (el borrarlos y volverlos a poner no arregló nada, el tiempo si). Si tiens alguna idea, avísame porfa.Que tengas unas lindas vacaciones,un beso.

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  5. Qué entrada sublime! Cuánto resignifico y me llevo.Orígenes: no entendía en el comienzo de la cursada de la materia -de la que soy ayudante ahora-, porqué tanto Deleuze. (Tampoco entendía a Deleuze).Luego claro, el ir contra la idea de estructura en la semiótica iba a ser un largo viaje para arrojar luz sobre cómo estudiar lenguaje y percepción. Rompiendo todos los esquemas hasta entonces estudiados.Siempre supone vértigo. Pero de los bellos.Eres una fuente de luz.(Yo sigo con mis ciclos cada vez peor, lamento no dejarte palabras más lúcidas, pero es que me ha ganado la compulsión).Nada más, darte las gracias.

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  6. Yo he vivido (y todavía algo queda) enamorada del estructuralismo, pero encuentro con Deleuze líneas para pensar más allá de él. No lo tengo muy claro tampoco pero la idea de textura la vengo aplicando en diferentes escenarios (uno de ellos está por jugarse a fin de mes) y estoy apostando por ella.Luz, ciclos, noches, intensidad, compulsión… son parte de esta trama.Tus palabras causan, mueven, empujan a escribir… qué importa la lucidez? me quedo con tu desmesura poética.Gracias por lo de la fuente de luz… a veces aparecen destellos, ráfagas, en medio de la noche y sus insomnios.Beso inmenso

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