Los nombres de Pessoa

Por Ani Bustamante

Quiero mostrar en este artículo de qué forma la obra de Fernando Pessoa y el movimiento que con ella crea pueden servirnos para pensar asuntos psicoanalíticos absolutamente contemporáneos. Iremos viendo cómo, al poner en práctica el ejercicio del devenir-otro que caracteriza por ejemplo al Libro del Desasosiego, Pessoa se ve llevado a construir una magnífica obra heterónima que funciona como estructura para sostener la multiplicidad de singularidades que el poeta produce. Esta obra (que trataré en breve) es finamente tejida con unos hilos que intentan romper la tela diseminándose infinitamente. Es decir, el mero hecho de devenir-otro llevado al extremo y sin un punto que abroche, lanzaría al sujeto a un abismo metonímico, a un desplazamiento incesante que podría propiciar un desencadenamiento psicótico. Pienso que es fundamental pensar a este poeta en la complejidad de su movimiento, pues de esta fuga abierta a la pluralización de personalidades logra hacer una obra heterónima que reúne, sostiene y sirve como punto de capitón a esta multiplicidad de yos, en una suerte de cuerpo textual que de consistencia ante la amenaza de dispersión absoluta. En el Libro del Desasosiego Pessoa explora sus devenires y el acontecimiento de esa extrañeza íntima que Lacan llama extimidad:

He creado en mí varias personalidades. Creo personalidades constantemente. Cada sueño mío es inmediatamente, en el momento de aparecer soñado, encarnado en otra persona, que pasa a soñarlo, y yo no.  Para crear me he destruido; tanto me he exteriorizado dentro de mí, que dentro de mí no existo sino exteriormente. Soy la escena viva por la que pasan varios actores representando varias piezas.

La escritura es esa irrupción de lo Otro dentro de él, en ella desaparece para volver a surgir, al compás de sus otredades. ¿No es este movimiento el que da la posibilidad de que lo inconsciente sea posible? ¿No es acaso esta su manera de dividirse para constituirse como sujeto? Pienso que sí; sin embargo, creo que el genio de Pessoa —y su magnífica suplencia— inventa la heteronimia como estructura que sirve para acotar la búsqueda infinita de sensaciones gozosas que este devenir otro (que así como representa la posibilidad de que lo inconsciente se haga presente, también lleva en sí el goce metonímico al exceso) le brinda. Decía Pessoa que somos algo que sucede en el entreacto de un espectáculo , su obra da cuenta de este entreacto que, como quiero demostrar, esta estrechamente ligado a la producción de su universo heterónimo. Pessoa resulta un poeta que, además de tener en sus manos una poesía magnífica, nos otorga una obra única que puede servirnos como base para pensar al sujeto contemporáneo. Mi trabajo está dedicado a construir a partir de la obra pessoana un pensamiento y una clínica que pongan énfasis en las diferentes maneras en las que el yo puede tornarse Otro, y en los intervalos que se abren al interior del yo. Pessoa, en el Libro del Desasosiego, dice:

Dios mío, Dios mío, ¿a quién asisto? ¿Cuántos soy? ¿Quién es yo? ¿Qué es ese intervalo que hay entre mi y mi?

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